La casita de mi madre es un refugio de paz
donde el tiempo se detiene y el amor nunca se acaba
allí crecí entre sus brazos, sus consejos y sus nanas
y aprendí a ser buena persona, a trabajar y a tener alma.
La casita de mi madre tiene un jardín de flores
donde el aroma se mezcla con los cantos de los pájaros
allí jugué con mis hermanos, mis amigos y mis sueños
y descubrí la belleza, la alegría y el misterio.
La casita de mi madre guarda un tesoro de recuerdos
donde el pasado se revive y el presente se hace eterno
allí vuelvo cada vez que puedo, a abrazarla y a decirle te quiero
y a agradecerle todo lo que me ha dado, la vida, la fe y el ejemplo.