Aquí en esta montaña,
Donde no hay ningún vestigio de impureza
Como ante una ventana al cielo
toda abierta para contemplar la vida
se doma la furia de mis besos
para convertirse en flores encarnadas
como rosas de rojo estridente
deshojadas por el viento y la bruma
en el mas puro espacio de libertad y asombro
Vino a despertarme el canto del ave
como la ola hace despertar al mar dormido
para transformar mis desaliños
en brisa suave que refresca los pensamientos
en ropas blancas de lino, llenas la luz de luna
que desprenden mis cansados huesos
para flotar sobre nubes llevado por mis sueños
Aquí en esta montaña, descubro la fantasía,
del mañana que despierta con mi hijo
y la esperanza que crece como flora
mi tiempo que parecía expirar
renace entre felinos que luchan
y flores silvestres que esparcen aromas.
Muere la egolatría ante la inmensidad selvática
Cómo mueren las rosas deshojadas por la brisa
Muere el tiempo tomado de tu mano
Cómo mueren los miedos cuando te presiento