Tiemblo al paso de un fantasma
lentamente por mis venas...
Ya estoy pronto a calmarme
en la cama si se acerca.
Trae a vueltas tempestades
tan siempre en oferta,
infeliz en apariencia
sin cabeza que anda errante.
Tengo la certeza
de haberlo visto ya otras veces,
aunque ahora mi memoria falle.
Y noto aún más su ausencia,
como un silencio impenetrable.
Son sus ojos sempiternos,
como linternas (van detrás.)
Su aura infame
triunfante sin que nadie
le haga frente.
Es su pasado
reverberando por los suelos,
su mala muerte
en las garras del invierno,
lo que más profundamente
mi pecho hiere
y lo conmueve hasta el beso
si él no tiene compañeros
que lo quieran
en las noches como esta
sin regreso...