Siempre tan puesto
de estampa espigada
quieto como una sombra
dormida por la mañana
.
Despierto otea el paisaje
sin mover un músculo,
solo pestañando
un par de soles taciturnos
único gesto de ese
traje de plumas
colgado de una rama
como quien cuelga
el abrigo en el guarda ropas
Cuando llega el atardecer
se sacude para espantar el sueño
Y se prepara a volar
un despegue suave
para posarse en el mirador
en busca de su alimento
y vuela con la incertidumbre
de una nueva noche.