Quiero llorar, como en aquel tiempo que no me importaba,
Quiero sacar de mí ese cosquilleo que genera el silencio,
Quiero dejar a un lado la necesidad de la dureza de la vida.
Porque me desmorono con rostro de tranquilidad,
Porque mi alma grita encerrada en una cárcel de positivismo,
Porque algunas veces el corazón necesita imponerse ante la razón.
Solo una noche quiero caer en la libertad del llanto,
Dejar ir aquel cúmulo de negación a lo real y lo que duele,
Y luego volver liviana para continuar viviendo.