a veces por la mañana o
por la tarde
en esos días largos
cuando no te veo
sin querer, digo tu nombre
surge
de lo más profundo de mi ser
como la erupción de un volcán
con lava hirviente
como si tu nombre
impacientemente
necesitara ser mencionado o
como si cansado de estar
en lo más profundo
tuviera el más ferviente deseo
de ver la luz del sol
ese impulso
sucede muy menudo
que se ha convertido en un hábito
que no puedo evitar
como el latir de mi corazón o
el respirar de mis pulmones
por mi necesidad
de seguir viviendo
y
me tomo un café
en la oscilación de un tiempo
fuera del reloj y
sorbo a sorbo te pienso y
cruzo la distancia
hasta donde tú estas y
te veo, te beso y te hablo
con el pensamiento
a veces siento
que coincidimos
porque ese extraño impulso
nos lleva a los dos bailando
de un lugar a otro
aunque
sin importar el desenlace
siempre termino mi café
con una sonrisa
que no puedo evitar