Tu mirada misteriosa,
esos ojos penetrantes insinuaban un fugaz y repentino sentimiento,
provocaban que hasta el alma se estremezca…
que se fragmente.
Un buen día se apagaron…repentinamente,
y sin ninguna explicación se escaparon de mi vida.
Nunca supe la razón de tu abandono.
Has jugando a esconderte.
Fue mi historia una aventura tras tus pasos,
y mis sueños se envolvieron en tu trampa,
en el brillo fantasioso de tu imagen dominante.
Me parece que fue en vano serle fiel…
a esa sombra indecisa y vagabunda.
Busco ahora una respuesta en tu semblante traicionero,
sigo el ritmo del vaivén de tus pisadas mentirosas…
que me lleven al umbral del sufrimiento.
Me cansé de indagar en tu perfil escurridizo.
Quise huir de esta angustia permanente,
escapar de tu verdad inexistente.
Pesadilla que trastorna…
que fatiga al extremo de extinguirme.
Desazón que me dilata en el despecho.
Carcelera, centinela…
secuestraste la inservible libertad que me somete.
Me hice esclavo de este tiempo desgastado.
Tu perfume seductor… tentador,
osará perturbarme nuevamente
con su bálsamo encantado…
con la idea de seducirme totalmente.
Trataras de enloquecerme los sentidos,
de arrastrarme al mismo abismo…
al extremo atroz de la impotencia.
Decidí huir de ti …de tu indolencia.
Me he jurado darte olvido.
Apagué mi corazón,
suspendí cada latido,
me propuse anularte de mi mente…
y sepultar tu atrevida falsedad, tu petulancia…
y me doy cuenta…simplemente…que no puedo.