El jardín tiene una Rosa
con sus pétalos en flor
donde el alma está dichosa
con su aroma y su color.
El paisaje esplendoroso
que se ve al amanecer
es por su color hermoso
cuando empieza a florecer.
Ella brilla en la mañana
cuando va saliendo el sol
y se adorna la ventana
junto con el Girasol.
Y sus pétalos tan suaves
siempre se dejan tocar
como plumas de las aves
con deseos de volar.
Es hermosa, no lo niego,
aunque nadie ha de creer
que la Rosa el buen labriego
con amor siempre ha de ver.
Si la cuida el jardinero:
¿Quién se la podrá negar?
¡Si le canta cual jilguero
y su miel llega a libar!