Tomás Sánchez Rubio

ESTANQUE DE SUEÑOS

Me reconciliaré con las aguas

de aquel verde estanque donde,

una niñez cualquiera, aprendí a soñar

historias de mortales y de dioses

bajo el indeciso sol de noviembre.

 

Dejaré mis armas de cartón entre

las hermanas adelfas de la orilla;

les hablaré a los dorados peces

acerca de la vieja casa donde crecí,

o bien sobre sus alicaídos sauces

de azulada sombra.

 

Volveré a hacer poemas dedicados

a las pleamares de la vida, a la soledad

y a los amores imposibles.

 

Me trenzaré una corona de algas

a falta de ajadas hojas de olivo,

estrenaré un alma recompuesta

con los jirones blancos de una bandera

a media asta hecha con los seis pétalos

de la flor de un junco.

 

Lo haré en memoria de los inocentes

que cayeron en tantas apátridas lides

de épica bastarda y romanticismo errante,

asidos a lo que habría de ser su última

y vergonzosa trinchera.