a Tía Zoila, quien hace apetecible la vejez
yo sonrío y
escucho con atención
todo lo que ella dice
cada historia
palabra por palabra
una y otra vez
tantas veces
como ella las repita
ella parece recordar
mucho mejor
lo que mi mente
ha elegido olvidar y
creo que lo prefiero así
como ella lo recuerda todo
como si llorar
siempre hubiera sido
un interludio agridulce y
cualquier sufrimiento
pequeños obstáculos
para alcanzar
una mayor felicidad
como si siempre hubiésemos vivido
una vida maravillosa
eso me gusta
me reconforta