Las maravillosas azucenas
que floreen en mi jardín
disfrutan de la hermandad
de las exóticas orquídeas
que traje a vivir con ellas.
Y son mis flores luminosas
que virtuosamente juegan
con los claveles espigados
que cada día ellas alaban
con cariñosos vocablos.
Todas se ven distinguidas
modelando esos ropajes
que por sus colores bellos
les hacen parecer deidades
un día de amor sublimando.
Entonces miré hacia arriba
y vi mariposas elegantísimas
que desde el aire elogiaban
con elocuentes palabras
mis flores esplendorosas.
Amelia Suárez Oquendo
3-7-2023