Elthan

Pies descalzos

Pies descalzos

Las hojas danzantes en espiral,
variedad de hermosas figuras en el cielo
sentado en confort, apenas aprecio tal show.
Si no fuese por el eco fugaz de una hoja, 
ignoraría el vendaval que se avecina. 
Hace mucho que partieron de las mejillas
en añoranza, tal  agradable sensación,
arrullos celestiales,  música en los oídos. 
Resultaba agradable sentirlo en los cabellos, 
al cerrar los ojos con el  rostro al tibio sol.


En invierno, el  hielo liquido del lago, 
provocaba un repiqueteo de dientes,
dejando un dolor de cabeza indescriptible,
En ocasiones aventurarse con los gatos,
saltando de tejado en tejado, destinos inciertos
mis zapatos enraizados, afianzando la pasión.
Siempre de la mano de la muerte, 
que se burlaba al sonido, de huesos quebrados, 
con su mano esquelética pedía silencio
mientras lágrimas y sangre fluían. 


La vida me despertaba para el desayuno,
sanaba con esmero las heridas, 
meticulosa las vendaba y advertía.
‘’Espera que te topes con Cupido
esa criaturita de rostro malicioso,
es un psicópata, acechador sin piedad
si lo vez,  huye, huye lo más rápido posible
en ese instante conocerás el sufrimiento‘’,
por ello, cada corazón posee  una habitación de pánico.
Era la manera de captar mi atención. 

Que adquiriera conciencia, mientras avanzara
por las calles entre  durmientes detestables,
que aun cuando están despiertos, son falaces
se diversificaron demasiado ante la realidad
aparentando, quedando extenuados, tirados. 
Demasiados estímulos a la angustia
crean un embrollo de  confusión,
empalando la violada confianza, 
es como se llega al estado de somnolencia.
En las sombras, acechan estallidos siniestros  


En la suavidad del  mullido sillón dormía,
había olvidado demasiado, perdido en la ilusión.
Deje de cuestionar, si estaba realmente vivo,
cierto es que este estado placentero no es real.
Ante la cruda realidad, ¡soy un cobarde sin igual!
Puesto que esta  es cruel,  es su estilo brutal. 
Vivir, un camino doloroso en múltiples ocasiones,
un huracán deja a su paso huellas desdichadas,
cristales rotos, secretos y hojas desgarradas,
el vórtice engendra hogueras de almas abrasadas.


Al despertar, la vida guiña el ojo, el calzado arde,
la realidad, abre la puerta de par en par. 
Paseo descalzo, por calles de vidrios afilados,
la sangre deja un rastro hacia el hogar,
entre astillas y escombros, camino sin cesar.
Hay una danza macabra, donde risa y dolor se entrelazan.
Veo hojas al viento, sintiendo el sol  tibio en el rostro,
un respiro en este mundo agreste y sombrío.
Reflexivo, al fin vivo ¡Agradecido por el despertar!
Tomado de la mano, río con la muerte a carcajadas,

 

Elthan