Vigila la esperanza, mientras cansada la mente, dormida descansa,
alumbra con relámpagos de luz, la noche y oscuridad del universo,
vagando con el infinito, sueña en el paraíso lejano en lontananza
Azota al silencio, con los latigazos implacables del remordimiento,
manteniendo vivas, cenizas apagadas en la hoguera de la esperanza;
descubre los secretos de los sueños dormidos, esparcidos en el tiempo
Latidos del perdón, mueven en el alma fibras de la fe y la esperanza,
del infernal pasado tormentoso, huyendo va arrastrandose en el viento
En velos de blanco tul de la eternidad, soplan vientos de añoranza,
dejando huellas inextinguibles de bondad ocultas en el pensamiento