Confesiones
A veces no te escucho y me parecen tristes,
los callados momentos, que la noche aproxima;
atisbando tus pasos, me sorprenden los grillos
y carecen mis frases, de frescura y de rima.
Sopla el viento ese aire, que nos trae añoranzas
y el ambiente se puebla de silencio y murmullo,
cuando siento en el alma, que te tengo a mi alcance,
que tus labios son mios, y los mìos... son tuyos.
Ay las horas que pasan! Ay la bella durmiente!
en este sueño adulto que ansía paz y calma,
para sumergirme deshecho entre tus brazos
y ocultarme en los besos, que te salen del alma.
Es al contacto tuyo que mi ser se ilumina
es en tus ojos puros donde el dolor se esfuma,
pues tienes en tus ojos un color de neblina
y en tu piel lo envolvente, convertido en espuma.
Ya no puedo olvidarte y no quiero aprenderlo,
me hallaràs en el eco de tus pasos distantes,
respiraràs mis poemas cuando te falte el aire
y poblaremos juntos, un sueño alucinante.