El día en que conocí a tu princesa Fue un instante lleno de sorpresa.
Sus ojos brillaban como lucerosY su sonrisa iluminaba mis senderos.
En ese momento supe que era especial Una joya única sin igual.
Su presencia en mi vida fue un regalo Y mi corazón latió más alto.
Conversamos horas y horas sin cesarDescubriendo sueños y risas al hablar.
Se convirtió en mi confidente y amiga En esa tarde soleada tan bendita.
La vida nos unió en un encuentro fugaz Pero el impacto fue más allá de lo que imaginé.
Tu princesa tan llena de luz y magia Se quedó en mi mente como una melodía.
Desde aquel día mi vida cambió La alegría en mi corazón creció.
Pues encontré en tu princesa la razón Para buscar la felicidad sin condición.
Ella me enseñó a amar cada instante A valorar las pequeñas cosas delante.
Con su dulzura y nobleza infinita Mi mundo se llenó de amor y bonita.
Así que gracias querido amigo Por presentarme a tu princesa mi abrigo.
Cada día agradezco ese encuentro Porque su luz en mi vida es un centro.
A tu princesa le dedico este poema Que brota del alma y de mi esencia suprema.
Que siempre brille como la estrella más bella Mi corazón se alegra por conocerla.