Aquí estoy...
Te estoy esperando arrebolada, con olor a fruta fresca
con olor a campo húmedo, floreado de rosas rodeado.
¡Te estoy esperando! quiero amarte aquí, en el mantel cuadrado
Bello y centrado en tierra firme, tan firme como el amor que te doy.
Te estoy esperando, quiero verme en tus ojos negros y profundos,
tan profundos como el mar con sus costas llenas de sal.
Te estoy esperando amor, amor mío, amor dulce, amor tierno,
ven a mi regazo pedazo de mi vida, ven, hazme tuya entre frutas
de almíbar, el durazno sonrojado espera que lo sabores, la mandarina
ya soltó el aroma de sus gajos y se abrió, para ser saboreada en tu boca.
Fresco aroma entre mis piernas, porque estoy tumbada en el pasto fresco
con olor a albacar, hay humedad en la espera, con ganas de poseerte.
Hoy es un día fresco, sí ven, te estoy esperando, Amor, no tardes!!
Déjame besar tus labios de grana con sabor a granada, ya mi boca roja
Jugosa espera, besar tu boca, para amarnos entre manzanas y
membrillos. Vamos a abrazar la tarde, nos espera enamorada.
Nosotros sembramos amor, entre matas de algodón, cuando me
llevaste al campo a sembrar margaritas, con olor a mis besos,
loco te volviste de pasión, entre matas de algodón,
allí; te entregué todo mi amor, en una noche oscura, me hiciste tuya.
Ven! que te estoy esperando fresca y húmeda, como la tarde
Que esta susurrando nuestro amor…
Como fruta fresca, mis labios te alucinan, esperan por ti,
entre ramos de margaritas y mis besos sabor a sandia,
fruta fresca del campo, entre arrullos del río que pasa por aquí.
Ven! bebe mi agua, quiero quitarte la sed ahora y también después.
Toma mis melones en tus manos y bebe hasta saciarte.
Quédate en mis brazos y sacia tus ganas de esta fruta que da vida.
Disfrutaremos el amor con olor a fruta para toda la vida.
Aquí estoy para ti!!
Alicia Pérez Hernández… México
No es la pluma la que escribe, es el alma
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Amar es este tímido silencio
cerca de ti, sin que lo sepas,
y recordar tu voz cuando te marchas
y sentir el calor de tu saludo.
Amar es aguardarte
como si fueras parte del ocaso,
ni antes ni después, para que estemos solos
entre los juegos y los cuentos
sobre la tierra seca.