Ya sale el sol.
Anuncia el nuevo día
y nos despierta.
Una caricia
nos llega por sus rayos
hasta la cara.
Tiemblan los ojos
y pronto parpadean
a la llamada.
El cuerpo grita,
protesta en el silencio
y se abandona.
Es otro día,
ya hay que levantarse,
no queda otra.
De nuevo en pie.
Comienza la mañana
y la jornada.
Desde el jardín
se escuchan los gorriones
en su concierto.
Algo lejanos
se escuchan los campanos
de las tudancas.
Y tú sonríes,
suspiras un momento,
con tu café.
La vida sigue,
tu lucha continúa
con tu sonrisa.
Rafael Sánchez Ortega ©
07/07/23