Mi amado poeta
quisiera dedicarte
versos apasionados,
amorosos y rimbombantes.
El lucero más brillante
lo podría a tus pies;
y andar entre nubes,
como eternos amantes.
Sería luz sempiterna
que inflame tu pecho…
si tan solo asintieras
y me dieras el derecho…
Mi entrañable afecto,
me cobijo con tu aroma,
mientras el alma se deleita
y tu amor me transforma…