Gustavo Leni

VENENO

Recogeré al amanecer la embriaguez nocturna

de tus besos iracundos, tus labios delirantes

tus manos enloquecidas, incontenibles;

el vuelo de tu cuerpo y tus pestañas

infinitamente dulces

y el candil de tu mirada

que persigue mis rincones.

 

Acaso no sabes que tu boca

me provoca un ansia mayor de ti?

 

Iré a tu encuentro decidido

caeré en tus manos rendido

subiré a tu boca encendido

asaltaré tus flancos comedido.

 

Repito tu nombre dos veces por cada segundo que pasa

y me devuelvo al origen de nuestro encuentro primero

aunque sería capaz de morir por un beso tuyo

o tu desprecio,

y quizás moriría de seguro embelesado, embrujado,

hechizado bajo tu encanto,

que de tus manos o tu boca

recibo todo y tomaría,

incluso,

veneno.