Sobre estas líneas, arrojo mi canto
para que destilen otras paradojas:
Amaneceres libres, diáfanas hojas,
conciencia sin razón para mi canto.
Que la poesía no sea un quebranto,
e independice corazones marchitos
que corone en ellos todos los ritos,
para que no hayan dudas, ni miedos
despejando estos días de enredos
inflamando con versos, estos mitos.
Que la inspiración incendie el alma,
para que la poesía vuelva a ser
la entrañable voz que hace crecer,
que ilumine el futuro y en calma,
que extienda su voz como palma
y trascienda a todos los rincones.
con sus tornadizas emociones
abriendo camino disparatados
a versos que nacen apartados,
sueños de naciente de canciones.