He vuelto con las manos gastadas,
en un vano intento por tocar tu alma.
Y me resigno a vivir en la isla de mis pensamientos,
Donde te llevo en sueños,
tejidos con hilos de plata que le robé al tiempo.
Dejo que me eleves en la brisa mojada de tus besos,
que me llenes de caricias diluidas en el viento.
Sabiendo que nuestro encuentro, es inevitable en cualquier momento…
mis ojos se posan sobre la flor perfumada de tus caricias,
donde percibo el suave néctar de tu amor
y me desnudo ante el frío aroma de tu ausencia.