¿Has escuchado la triste historia
del delirio de Safo la poetisa
por Faón, lleno de bella gloria
y anhelaba su amor a toda prisa?
Ella le amaba, y el muy insensato
sus ofrendas de amor desdeñaba
lo tenía en poco, muy ingrato
pues él a las ninfas amaba.
No querrás saber cual fue el final
y del lamento que desató en su boca
la cálida poetisa, mujer pasional
al amarrar en su vientre una roca...
Ay amor, no seas tal cual, no seas tal cual
como aquel hermoso empedernido
soberbio, que no correspondía igual
a la poetisa de la que hoy has oído.
De la cual el Leúcade hace memoria
haciendo eco en los corazones
podrían haber, como en esta historia
muchas Safos, y muchos Faones.