- (de la Muestra \"Señores... Yo soy el Tango\") -
En un silencio hostil casi perfecto.
Subordinado a la nostalgia.
Como un olvido ingrato.
Solo, quedo…
Como Ignorándose a si mismo.
Como si sobre él girara un solo cielo
Ungiéndole estirpe sagrada.
Sumiso…
Devorando el grito…
Sin consentir pena ni alegría.
De mirar vago y terroso
Como sumido en una ceguera incurable.
Como si un pájaro anidara en su pecho
Provocándole un agrio y doloroso latido.
El bandoneón dormía en la grieta herrumbrada de sus piernas
Y lo acaricio con la fascinación de un niño.
Sus dedos socavaron con piedad el sonido de su vientre
Y el rumor de un tango brotó obligado a redimirse.
Un tango que emanaba de ese musculo flexible
Como un llanto...
Como un reproche...
Como un epitafio piadoso…
¡Usurpando la noche!
Lara Ribero