Elthan

Justicia militar.

Justicia militar.

 

Insectos, testigos impotentes,

observan a lo lejos la caravana,

moles de hierro sedientas de sangre,

iracundas bajo el manto de la noche.

De la ciudad y la vida se alejan,

tras de sí una nube polvorienta dejan.

 

 

El polvo errante en el aire,

repitiendo un funesto mensaje.

Desesperados al  borde del abismo,

lloran lágrimas amargas, café en exceso,

mientras miran el horizonte desolado,

y la cama vacía desde hace meses.

 

 

El descerrajar de la puerta,

marcó el comienzo del calvario.

Dejar pies y alma en la calle,

buscando respuestas en un mar de dolor,

ante la cruel exhibición de infamia,

¿DONDE ESTA MI SER QUERIDO?

 

 

Cientos de almas secuestradas,

por una visión particular diferente.

Denunciando el abuso de poder,

del gobierno imperante y opresor.

Así, la justicia militar fue brutal,

castigando con puño y metal.

 

 

En lo profundo del desierto yermo,

la caravana alcanza su destino final.

Idealistas del mundo pacífico, justo,

son reunidos cual ganado, en un lado,

mientras las armas brillan en el otro,

rugiendo matanza, expresión de la violencia.

 

 

La arena sirve de sepultura,

para cuerpos bañados en plomo,

amontonados unos sobre otros,

un agujero, abismo de sueño eterno.

Yacen perpetuamente bajo el sol,

mientras el desierto se embriaga de sangre.

 

 

El abrazo de los olvidados sin obituario,

la sangre remanente escribe en la arena.

¿Un arma otorga el poder de quitar vidas?

¿Una placa te convierte en superior?

Más bien, eres un homicida macabro,

un asesino miserable y abusivo.

 

 

Elthan.