En el abismo de un vacío interior,
me encuentro perdido, sin rumbo, sin color,
descubrí que el aburrimiento me carcomió,
y en tonos grises mi mente se sumió.
¿Realmente me siento feliz?,
esa pregunta me atormenta desde la raíz,
la indecisión se apodera de mis días,
buscando respuestas entre vías perdidas.
Un sentimiento de desencanto me envuelve,
las risas se desvanecen, ese recuerdo vuelve,
como un mar en calma sin viento que lo guíe,
me pierdo en la inmensidad, sin saber qué sigue.
El pasado parece una sombra en el olvido,
el presente se desvanece, se vuelve un hilo perdido,
y el futuro se muestra como un lienzo en blanco,
desprovisto de pinturas, en pensamientos me estanco.
¿Qué debo hacer para salir de esta penumbra?,
la brújula interna se tambalea, se derrumba,
en busca de un propósito que llene mi existencia,
pero las dudas me persiguen, no hay consistencia.
Entonces guardo esas preguntas para mí,
en silencio, en mi mundo interno, allí,
me enfrento al vacío, a la indecisión que me envuelve,
en la que mi mente constantemente se absuelve.