Cuándo puedo de una vez cerrar los ojos,
he visto demasiado.
Más de lo tolerable,
más de lo que soy capaz de retener,
sin embargo
quedan pegadas las imágenes al cuerpo
como después de una noche de fiebre.
Qué hago con esta ceguera temporal.
La mente no guarda un rincón
para cerrar los ojos y encontrar alivio,
para olvidar la cuarta parte de mi faena.
Vi lo suficiente para no regresar de lo visto.
©JLGalarza