Freddy Kalvo

Alma triste

Alma triste me acompaña

en este mundo vacío;

alma triste, enamorada,

aunque mustio siempre vivo

cuando voy por las ciudades

y recorro sus caminos

viendo gente que camina

con los ojos muy dormidos

sin mirar los animales

con navajas cual felinos

en sus propias madrigueras.

Y serpientes que en sus nidos

enrolladas, traicioneras,

van metiendo su colmillo.

 

¡El ayer se ha transformado,

ya no vuelve lo vivido!

Este mundo está plagado,

de miserias y sumisos.

La garganta se ha callado…

ya no escucho el mismo grito.

La injusticia galopante,

pone el corazón mohíno.

Mientras tanto: ¿Qué pensamos?;

y entre tanto… ¿Qué decimos?

Miramos y nada hacemos...

¡No sigamos indecisos!

 

El presente está inundado

y en un lago sumergido.

Es un lago de ignorancia...

¿Cuál será nuestro destino?

Qué tristeza da saberlo

y aún más triste, admitirlo,

que en las cosas más banales

vive el mundo entretenido.

 

Y las redes más enredan

el presente tan sombrío

porque a diario se perciben

caminando sin sentido

las hermosas primaveras

porque viven en el limbo

buscando vivir la vida

sin proyecto, sin destino,

cosas fáciles y vanas

que no ofrezcan sacrificios.

 

Ya no quieren ni consejos

en un mundo corrompido.

¡Qué será de nuestro mundo

con tanto y tanto cretino

que se cree suficiente

aunque ayer haya nacido!

 

¡La mediocridad abunda.

No es ofensa, buen amigo!

Ya no importan las verdades

en el diario matutino.

Valen más, debo decirle,

charlatanes… ¡Qué fastidio!,

que en las redes con sus memes

solo hay burlas… ¡Qué martirio!

 

No parece nada serio

y es un serio desperdicio

del tiempo y la misma vida...

¡Qué se van como un suspiro!

 

La traición se ha vuelto moda

en los nuevos laberintos.

Las palabras rimbombantes

van en boca del más vivo,

del cretino y sinvergüenza

que farsante, no creímos.

 

El corazón se contrae

y se arritmia ya afligido

por los grandes temporales

desbordando vastos ríos

con tristezas, con angustias,

que aceleran los latidos

de los pobres corazones

que no cantan como mirlos.

 

Y entonces, yo me pregunto:

¿Cuál camino ahora elijo

si seguimos ignorando

que vamos a un precipicio?

Este mundo decadente

en el que ahora vivimos

no tendrá un feliz futuro

si no tiene el justo giro

para dar nuevas señales

que nos den un pronto alivio

que nos nutra la esperanza

sin sufrir ningún suplicio

que remueva las entrañas

como el eco en un abismo

que se ahoga en el silencio

si los gritos ya perdimos.

 

Como pájaro que al vuelo

feliz vuela con su trino

yo les digo, yo confieso,

que no estoy muy convencido

que la fe se encuentre muerta

y a luchar yo les animo.