EHUR OHR

Los tulipanes negros...

Los tulipanes negros.

 

Extrañamente florecen tulipanes negros…en mis horas de silencio.

 

Poco usual observarlos envueltos en su holocausto de hastío,

nada frecuente resulta contemplarlos en ese intencional agotamiento,

como actores de un espectáculo indescifrable y misterioso.

 

Se multiplican ágilmente…en el espacio de mi cotidiano desafío,

como manifestación angustiosa de la impotencia que siento.

 

Irónica revelación de un ímpetu deshecho…

como un sarcasmo de romanticismo frustrado…

que ha quebrado su incondicional esencia.

 

Tulipanes enamorados, que se han fatigado de su real propósito,

agotados de su misión pasional…

cambiaron sus brillantes matices por el oscuro traje de la decepción,

y han colmado de luto el tétrico suceso.

 

Vinieron a irrumpir mi panorama con su sabor a angustia,

con su invasión ineludible de tristezas.

 

Tulipanes sombríos…que desprenden un perfume a soledad,

una sensación a perpetua calma,

como un lecho de razones macilentas…renuentes a batallar con la rutina.

 

Extraños tulipanes negros florecen en la cósmica espera,

como predicción de una época nefasta.

 

Se consumen los días,

los segundos devoran los minutos…

y ese tiempo inexorable viaja veloz al encuentro con el olvido,

y yo, impotente…casi exhausto, me conformo con lo existido.

 

Tulipanes que renacen en el otoño de mi delirio,

brotan extrañamente con el color de la noche…

y yo, desencantado…casi extinto,

me someto a lo absurdo de mi impostergable destino.