Ausencia
Yo que he esperado tanto, espero en vano,
con una terquedad interminable
y siento que te llevo de la mano,
como se lleva el odio, cuando sostiene un sable.
En mi mano aguerrida tiembla, a veces,
este mi sueño que escondo en el costado,
sin mucho ruido y con escasas nueces,
el futuro del presente, en mi pasado.
Aparte de todo esto, sigo inerme
y observo que tú vuelves sin marcharte,
se también que no sueñas cuando duermes
y que muerdes el polvo, sin quejarte.
Pero yo, no, no puedo, me hace daño;
dormir y no soñar que estás conmigo,
me lleva a naufragar y el desengaño,
no fue, no es, jamás será mi amigo.
Y te voy a esperar aunque tu ausencia tarde,
aunque nunca termine o yo no sepa cuando,
te esperaré, mientras la llama arde
y al final del final, te seguiré esperando.