Hugin & Munin

La despedida final

Quizás no sepas, pero me hice la mala costumbre de transformar cualquier emoción para anestesiar la realidad, al grado de que en estas pocas lineas, mi vida y mi experiencia contigo se transforme en la prosa de una despedida como tu quieres: con la mente bien fría y con el corazón en la nevera, que alcancemos el cero absoluto. 

Me despido si, pero te recuerdo que el universo quizás no nos vuelva a encontrar en esta vida y no es por poner la mente fría o romantizar nuestra experiencia humana en lo que hemos compartido. 

 

Esta naturaleza humana nos relata de nuestros errores, que puedes considerar imperdonables, pero créeme que desde la ignorancia todavía no hemos aprendido a considerar lo que realmente es un error. Tenemos que perder algo para comprender cuanto valor tenía en nuestra vida. 

 

Que la bondad es un bien preciado y que un idiot@ no puede comprender la naturaleza de esa bondad. Que quien vive con amor no sabe el paraíso que ha premeditado.

 

Con tardes que me parecen lejanas, con recuerdos casi borrosos de abrazos y besos, y con la mente y el corazón en la nevera para despedirme de ti , sin que me retracte de no haber intentado darte una razón para amar la existencia junto a ti, o al menos eso es lo que deseaba para ti. 

 

Que tu cielo no se caiga a pedazos y que  mi voz ya no te llegue a interumpir por las noches. ¿Cómo sería despedirnos para siempre?. Entre lineas, versos y prosa.

 

 La vida humana me parece tan corta, y considero lamentable no haberte dado un tiempo hermoso junto a mi, de que apreciaras cada momento y que tu existencia amorosa y casi ridículamente romantizada, nos recordara lo importante que es la sensibilidad. 

 

Yo me voy con los brazos vacíos sin poder abrazarte,  pero con el amor que pude sentir y con la misma filosofía de vida con la cuál continuaré mi camino. 

 

Para nosotros es así, una despedida fría como una nevera, como una era del hielo casi eterna.  Que se congele nuestro mundo y nuestra mente, pero que se guarde la calidez de lo que una vez fué lo que fuimos,de lo que alcanzamos dos seres humanos imperfectos, la calidez del corazón y de la naturaleza amorosa que nos da un sentido de vida. 

 

Es la despedida final observando al horizonte, de un pequeño mundo, con los candados abiertos y las cadenas desatadas para que fluyas con el viento.