He corrido hacia ti y he abandonado mi cordura,
en mi mente no hay un solo hilo de pensamiento que no tenga tus ojos noche.
Mi corazón ha abandonado su huelga de latidos y voluntariamente se ha convertido en tu esclavo; así como también en los sueños que solo eran míos, te apareces para balancearte conmigo bajo la lluvia y sonreírme de la forma más pura e inocente que he visto.
Tranquila, no te escribo todo esto para que huyas, escribo a ver si me desintoxico de ti.