No quiero ser poeta porque
He descubierto con dolor
Que sólo escribo por desdicha
Y son los pesares del camino
Los que alimentan mis líneas
No quiero ya componer
Ni odas ni elegías
Ni siquiera verso alguno
Porque todos describen
Mi recorrido entre penas
“Ser” poeta me ha costado
El precio más alto
Y yo no puedo pagar
Con profundas heridas
Hechas de sollozos
Porque es cierto también
Mi cansancio es terrible
Al ver rostros felices
De benditos enamorados
Y yo solo, encarcelado
Un verso va por lágrima
¡mira! He escrito más de mil
Queda mucho por recitar
¿Cuánto más he de sufrir
En la angustia de mi mal?
Si dibujar una letra
Cuesta mi acongojamiento
¡como anhelo renunciar
Entregarme a la ignorancia
Y ser feliz por siempre!
Porque cada que empuño
Un lápiz sobre papel
Significa de lleno morir
Teniendo signos vitales
Sé que estoy muerto
No quiero ser poeta
Pues ensalzo el amor puro
Pero no me corresponde
Entonces de él conozco
El pajar de melancolía,
una aguja de felicidad
Mis párpados se han caído
Moribundos de agotamiento
Se han ennegrecido
Por la noche tenebrosa:
No logro dormir,
Pero me desmayo,
Comienzo a alucinar
Vivo muriendo entre sueños
Porque no quiero ser poeta
Aun las penas escriben por mí
Y para el lápiz arrojar
Y la tinta desechar
Debo borrar mis amarguras
Debo pintar una sonrisa
En mi caso que se ahondó
Todas son falacias
Como quisiera pensar
Que tengo en verdad salida
Pero no es fácil ignorar
Las burlas de la vida
Que me amarró a la espalda
El yunque de la tristeza
Utilizándome como instrumento
Que demuestre su dureza
¿De qué vale componer
Con toda sinceridad?
Si sabes que el corazón
Te dicta sólo endechas
Así lo dice todo
Yo no quiero ser poeta
Sucumbiendo en cultura agria
Después de tanto arrastrar
Yo quiero vivir en paz
En la inculta felicidad.