Ya no llores, ya no sufras
¡Déjala que vuele libre
que la libertad disfrute
aunque tú te sientas triste!
Déjala que con sus alas
sea libre mientras vive
sus locuras amorosas
aunque el alma te lastime
porque llegará el momento
que tu amor ella suplique.
Y no sufras, y no llores
que el llorar no te redime
el dolor que hay en tu pecho
si el amor entero diste.
Ya verás nuevas florestas
lo sabrás, cuando camines,
y a la vera del camino
veas muchas codornices
con sus alas extendidas
volando hacia las planicies
en la búsqueda de nueces
cuando el alba otra vez pinte.
Ya no llores, ya no sufras
porque el alma se comprime;
y no sufras, y no llores,
busca flores más felices
que te adornen la esperanza
para que el dolor te quite
con aromas de Magnolias
o de Rosas y Jazmines,
Margaritas y Azucenas…
¡Pero ya no sigas triste!