A Yurani...
La redondez perdida de tus pechos
Ha suscitado en mí, furtivas e inocentes pretensiones.
Pretensiones de estrellas infinitas,
que enamoraron al filo de la noche,
en medio de colinas tremoladas
la naturaleza bravía de mi ser,
se extravía por senderos infinitos,
mientras mi mente navega y vuela por doquier.
Tu inocencia de niña traviesa,
seguirá provocando fiebres de delirio,
en mi cuerpo herido, casi mustio.
Tu fragancia espléndida, densa,
irradia a mi oído beodo de susurros;
tus pechos profundos e irredondos,
que surgen a diario,cual montículos
de corolas, pétalos y jazmines.
Médanos que se erigen imponentes,
en un horizonte erótico y verdoso...
Mayo 8 de 1999