Supiste amarme más que nadie,
quererme más que yo a mi mismo,
no fue solo cosa de adolescentes
y yo siempre con mi cinismo.
Jugaba contigo y hoy me arrepiento,
no supe valorarte,
sé que es tarde para mi lamento
y era tan fácil amarte.
Me diste más de lo que yo merecía
pues te traté con mi alma vacía
hasta que te cansaste aquel día
y hoy sólo me queda esta poesía.
Ahora le grito a los cuatro vientos
lo que por ti siento
pues fallé en mi juramento
e hipócritas eran mis palabras
porque siempre te decía un cuento
para burlarme de tus sentimientos,
hoy te juro que lo lamento
y te dejo estos versos como mi testamento.
Deseo que la vida te regale
lo mejor siempre
porque te lo mereces,
que te amen de verdad
y te traten sin dobleces.
Como tú quedan pocas personas
y yo con mi jodida chapuza cabrona
porque la mente al corazón abandona,
ya es tarde, pero sólo te pido: perdona.
JM.