He gastado en quimeras
las palabras en celo
obstinadas de espera.
Se ha dormido el afán.
Se ha perdido el encanto.
No recuerdo el aroma
que dejabas al paso
tras tu huella inocente
del amor ignorado.
Ya no tiene sentido
prolongar el delirio,
confesar que te quise,
mantener el insomnio.