Vuelve la vida
y en ella, las sonrisas,
se ven de nuevo.
Hay golondrinas
que junto a los gorriones
dejan sus trinos.
Hay mariposas
que llegan con sus alas
y colorido.
Y como siempre,
renace, sin quererlo,
la poesía.
Es el verano,
con música sin nombre
de playa y campo.
Son las campiñas,
de aldeas olvidadas
y de pantanos.
Es esa tierra,
secana y polvorienta,
de los senderos.
Todo es un néctar,
de versos agridulces,
que tienen magia.
Y es el poema,
que nace en las pupilas,
de muchos ojos.
Pero mis versos,
son tuyos, mariposa,
nunca lo olvides.
Rafael Sánchez Ortega ©
14/07/23