Jorge Isaac

Sonrisas que duelen, que matan.

Nada tenia sentido, pero hasta hace un par de noches tus acciones lo fueron encontrando. No era el sentido que me hubiera gustado tener...

Llegaba a mi destino, tu casa, salias preciosa, me atrapabas cada día que llegaba por ti, pero tú sonrisa, tu sonrisa me mataba de amor y felicidad.

 

Mil y una charlas tuvimos, en un millón de miradas no quisimos, pero solo fueron necesarias unas cuantas sonrisas para entregarte un amor latente.

Pero ahora... Ahora tus sonrisas son lo que más me duele, al día me entregabas una sonrisa, salíamos tres veces a la semana, las otras cuatro, bueno, se las dabas a el. Aquel que te hizo llorar más veces que reír, a aquel, la única persona a la que le temía, \"el fantasma\" de mi único hogar. Y tú, como si fueras mi madre en antiguos tiempos me decías que los fantasmas no existían, nunca me di cuenta que te encanta buscarlos.

Y yo, yo sigo aterrado de los demonios que hay alli afuera, esos demonios que les encanta sonreír.

Estos demonios que no te roban el alma, te roban el corazón.