AY, LUNA
Bajo un cielo de soledad y estrellas
se hizo evidente el brillo de la luna.
Que es toda de plata, de plata llena,
con intensa luz, de intensa blancura.
Quema el alma con secretos guardados
y una lágrima con recelo escapa.
Ay, luna, que te he visto a mi lado
sorbiendo ese pesar que me acompaña.
En honda soledad he sumergido
la honda soledad de mis pesares.
Mi alma tiembla, estremece de frío
frente a ti, blanco altar de mis altares.
Ay luna, dulce desfogue de mi alma
que guardas en secreto mis silencios.
Nacarado cáliz donde Dios me habla
atemperando mi alma en albos versos.
Ay luna, de ti mi alma nada espera.
No más que la confidencia más pura,
que es de plata, ay, de plata llena
con intensa luz, de intensa blancura.
Ángel Alberto Cuesta Martín.