Cuando Tú me llevas de la mano
a conocer el mundo donde habitas
y susurras mi nombre sobre el viento,
yo despierto en lo oscuro de la noche
anegado de luz en la conciencia.
Cuando busco tu olor entre la hierba
o tu sombra en la sombra de los montes
y se me inunda el pecho de nostalgia,
tú te alegras como un padre que regresa
a retozar jugando con sus hijos.
Así tu amor es todo coherencia,
fotones que se quedan en mi piel
después de una caricia de tu aliento,
cuando llegas y nos dejas trastocados
como la luz trastoca la materia.