Que me deslumbre la luz de la mañana
Con los rayos del sol resplandecientes.
Que me asombre mi Dios en la montaña
Reflejado en las flores incipientes.
Que me despierten los trinos de las aves
Que traviesas vuelan por mi ventana,
Emitiendo un canto alegre y suave,
Que sublima a mi alma soberana.
Alégrenme la vida los detalles
Pequeños que a diario Tú me muestras.
Por todos los rincones de las calles
Yo observo el amor que me demuestras
Sin costo monetario yo disfruto
Los mejores placeres de la vida:
El silencio tranquilo y absoluto
La música sonora y atrevida.
Las auroras que el Padre nos regala,
Al Igual que los ocasos coloridos,
O la música del ave que engalana
Los campos y los montes con sus trinos.
A nadie le envidio ni le disputo
Bienes o Posesiones adquiridas,
Solo de las bellezas yo disfruto
De los dones y gracias recibidas.