Setenta no es un dígito .
Setenta son largos años.
Vislumbro con la mirada un símbolo ,
un número , una existencia
que sigue y sigue andando,
con ánimo , con fuerza , con brío.
Estará en la curva , estará en la recta
que marca en inicio del final
de una vida que se acaba?
Quien lo sabe ?
Vuelvo para atrás y me hallo
enredada en medio de maizales
chapoteando en aguas simples,
turbias y tranquilas,
disputando con los patos
un travieso entretenimiento .
Que sencillo , que inocente
despertar a una infancia fugaz.
De repente alzó el vuelo
con un frenético anhelo.
Sensaciones nuevas me invaden
y siento el cuerpo vibrar.
Aterrizó bruscamente y
comienzo a caminar
Atravieso valles y desiertos
tiemblo en medio de gélidos rios,
paso por sendas estrechas
que se tornan oscuras;
siento que me aprisionan
el miedo y la inseguridad.
Como en un sueño un alta cima
aparece en mi ansiedad , en un impulso que me anima
opto por escalar,
resbalando tantas veces
en el audaz intento ;
pero siempre vuelvo a empezar.
Al fin llego y con hondo respiro
abro mis brazos al cielo ,
un halo de plenitud me conforta , comprendo que para alcanzar la meta hay que saber caminar.
Machado viene a mi memoria
y resuena en mis oídos :
”Caminante no hay camino
se hace camino al andar”.
Caminé tanto , tropecé mucho
pero me volví a levantar,
tampoco cargue las piedras
que encontré en mi caminar,
quise alivianar el peso y
así logré avanzar.
Mi corazón y mis sentidos
palpitaron al unísono .
He creado vidas, ilumine sus mentes,
les transmití valores ,
les inculque virtudes,
la dinámica de mi ejemplo
los hizo fuertes, sabios y creadores,
prestos para enfrentar sus miedos
y hacerse vencedores.
Ahora en este instante
llegue a un punto, que no se
Si es de llegada o de partida.
Cierro los ojos y en mi mente
se dibuja un horizonte incierto.
Pero no temo, veo una luz que me alumbra,
Hay un ser que me guía.
Setenta , no es un dígito .
Son setenta años de vida ,
Setenta años de muerte,
de algunos caros anhelos,
pero no importa ,
no todo en la vida se alcanza.
Setenta años de entrega
talvez no correspondida.
Setenta años de andar entre rosas
y en medio de los abrojos.
Setenta años de saborear
lo amargo de la hiel , y lo dulce la miel.
Setenta años con un Norte ,
una Meta: LLegar al Final del Camino.