Tú mirada me cohibe
me congela me reprime;
el fuego de tu mirada
impide expresar nada.
Mi mente anonadada
suspira y se atolondra
con un beso de tus ojos
me elevo inconsciente
como mísero despojo
no hay quien me recoja
y sofoque mi torrente;
por eso miro de reojo
para no caer en tentación
y renacer de los abrojos
y no perderme en mi obsesión.