José Ángel Pineda

Chispa

Un átomo de luz

asoma una pupila que ve

como la infancia en la centella

es refulgente, radiante

y muy pequeña y relativa,

como todo ser que se desplaza

en todas las fragancias

de una música,

que se inserta en los poros

de una piel con alma

fugitiva que va

en el aire y sabe,

que nada es lo que pasa,

que sólo sucede

en la brevedad inestable

que mueve los besos al azar,

la única alternativa, el equilibrio

que persuade el aliento de vivir

como la llama de una sombra

en la memoria de un suspiro.