Voy asaltando horas y capturo
un puñado de arena entre los dedos.
Desbordo el tiempo que se nos escurre
por saber de qué diablos estoy hecho.
¿De nervios, de vertientes de la sangre,
fuerza y carne de inmaterial sustento,
de la luz que se posa en estos ojos,
de carne fabricada de los sueños?
Sigo sobre la cuerda equilibrista
tan sólo por obtener estos versos
porque de tanto... y tanto mirar fijo
la fuente me regala los destellos.
Señala cómo transitar el caos
y entender lágrimas de este deshielo...
y aquel ecoico espasmo de alegría
que resuena en cascadas del desvelo.
A la par en el suelo de la selva
absorbo del herbaje verdor fresco.
Con ese crepitar acompasado
que lleva el ritmo interno de mi aliento
se elevan los sonidos de mi huerto
abriéndose las flores en palabras
germino con la tierra, sueño el riego,
porque nos ha reunido esta fogata
atizo más la fiebre de mi tiempo.
©JoséLuisGalarza