Pagué la multa,
absorbí el dolor,
me hago fuerte,
en el mar del adiós.
Salgo ahí,
aunque solo me dejen,
me volví frio en el frio,
calor en el infierno.
Me adapte al ambiente,
no perdí mi fe,
no la perderé,
solo tendré más cuidado con mis ilusiones.
Todo eso lo sé,
vivimos por un propósito,
y en paz la voy luchando;
sufrí las turbulencias,
pero sigo cosechando
a pesar de que,
del amor amputaron sus brazos.