Vueves, cuando la luna brilla sola en el cielo. Vuelves cuando las olas del mar se calman.
Cuando la mañana en sombras anuncia el dia, cuando la tarde amamanta de rojo la esperanza.
Vuelves colgando estrellas por la noche herida, con el rocio límpido a regar las frías madrugadas.
Vuelves cuando las sábanas pálidas te llaman y cuando el beso agoniza en la boca callada.
Vuelves a llenar el vacío eterno de las almas, con la música suave que la vida derrama.
Vuelves a entibiar los otoños e inviernos y a enredarme en tus brazos como una telaraña.