RICARDO V

Rendido y condenado

Me enfundaré el uniforme de soldado

y me adentraré en el fuego de tu vientre.

Me dejarás llegar complacidamente

hasta alcanzar el punto más elevado.

Y allí me quedaré ya condenado.

 

Mareantes son tus curvas infinitas

que no llego a culminar, y no me aguanto

con mi sangre derramada a son de canto

cada vez que te recorro y no terminas.

Y allí me quedaré ya condenado.

 

Sobre tu piel tu hondo aroma he degustado

y me he subido al árbol de tus delicias.

Voy perdido, estoy vencido y de rodillas

con cada gesto, gemido o sobresalto.

Y allí me quedaré ya condenado.

 

Postrado sobre tus pechos voy rendido

con mis bríos del comienzo destrozados.

Me has vencido en la batalla del amarnos

y dormiré la canción de tus latidos.

Y allí me quedaré ya condenado.