Matias 01

Quien soy…

Quien soy yo -me pregunto- después de todo.

¿Acaso un desierto oscurecido

con páginas de muertos

y el aire sucio de las voces que aman el olvido?

 

¡Solo sé que una interrogante en el pecho vacío

es un dardo que le sonríe

a las sombras cada vez que te ausentas!

 

Puedo ser alguien que no vivió jamás la flor

de alguna primavera,

antes de la aurora de tus ojos y la espuma

de tus manos.

 

Y acaso sea una buena razón morir cada vez

que llego y la aldea me dice está vacía,

si acaso la noche se despierta y

junto al silencio trenzan una soga en mi cuello

que se desnuda como un Judas.

 

¡Eres tú -mi flor del alma- quien nunca falta,

cada vez que la higuera de la soledad

se extiende por estos lares!