Entre mis ojos y el cenit a lo alto
la leve brisa ardorosa
refresca con sobresalto;
hojas en fila armoniosa
limitan los haces solares
que se cuelan intempestivos
en mi pertinaz pensamiento;
se pronuncian decisivos
sin ser crueles ni letales;
distorsionan mi remanso
en el pleno atardecer;
impiden mi suave descanso
solo el despertar deja de ser.